A mitad de sagrado bosque, seguía el camino iluminado
Descubrí el Leteo y el Eunoe, mi espíritu sentía extasiado
Como sólo aquella a la que amo resplandecer podría
¡Sagrado cáliz! Que a mi alma vida nueva has otorgado
Al instante olvidaba mis angustias, los temores, las nostalgias
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